Frente a un ictérico el médico debe hacer un triple diagnóstico:
a) diagnóstico patogénico b) diagnóstico etiológico c) diagnóstico del momento evolutivo progresiva, estabilizada y en regresión.
Este último es de capital importancia particularmente en las obstructivas. Para hacer el diagnóstico diferencial de una ictericia bajo ese triple aspecto contamos con el concurso de:
a) la anamnesis, b) el examen físico, c) el sondeo duodenal d) la radiología, e) el laboratorio, i) la evolución.
Es decir, en síntesis, contamos con la clínica y el laboratorio.
Si bien "el médico puede actuar sin laboratorio pero nunca sin la clínica" (Mazzei) es un el laboratorio que el médico busca solucionar las dificultades que le plantea el estudio clínico aislado para orientarse en un diagnóstico y ratificar o rectificar el que había elaborado.
En los últimos tiempos el laboratorio ha progresado mucho. Por ello actualmente siempre que sea posible no se debe prescindir del laboratorio. Pero para que éste pueda dar todo lo que esperamos es necesario saberlo utilizar.