Desde hace algunos años existe un larvado debate en torno de las ventajas y desventajas que tiene el periodista de oficio respecto del egresado de las facultades de comunicación y viceversa.
Muchos consideramos que es un debate estéril porque -perdón por la frase hecha, pero viene al caso- “todas las comparaciones son odiosas” y porque se conocen talentosos periodistas de oficio como también se conocen talentosos periodistas provenientes de la academia. A la inversa, se conocen periodistas de ambas vertientes que son verdaderas vergüenzas para la profesión. Como también se sabe de “periodistas" de oficio o de academia que venden su pluma por uno o por muchos pesos.
Los menos, debe destacarse.
Pero los hay.
Los periodistas de oficio no renegamos de serlo. Pero eso no implica que peleemos contra los molinos de viento. Ni que nos enfrentemos con el imparable paso del tiempo y las cambiantes exigencias del mundo actual.
Ergo, estoy convencido de que el futuro pasa por la Universidad.