La realidad de México muestra diferentes tipos de violencia como variados son sus territorios, y sus culturas urbanas, rurales e indígenas, sin embargo, el problema es sistémico y estructural. Si bien no obedece a decisiones de la base, sino a estructuras económicas, sociales, culturales y políticas, con responsables con nombre y apellido en los tres niveles de gobierno, que han establecido una asociación entre el crimen organizado y sus puestos públicos, son las comunidades de base social las que más se ven afectadas. Las familias de élite no son las que ponen los muertos, los desaparecidos, ni los presos políticos.