El pasado 1 de julio Andrés Manuel López Obrador (AMLO) confirmó todos los pronósticos y se convirtió en el primer presidente de izquierda en la historia de México. Su victoria se daba por descontada dado el fuerte apoyo popular que registraba en las encuestas, lo que sorprendió fue la holgura de su triunfo.
La performance arrolladora de AMLO despertó la esperanza de miles de mexicanos que ahora esperan que el veterano dirigente tabasqueño promueva cambios estructurales en un país plagado de asimetrías, en las que el crecimiento económico generado por las políticas pro libremercardo sólo sirvieron para enriquecer a las elites mientras millones de mexicanos se sumergen en la pobreza.