Como el riesgo país, los informes, encuestas y debates que durante años criticaron el rechazo a la política de los jóvenes argentinos, desaparecieron de los medios. Más de una década de análisis banales ignoraron lo central: los jóvenes son el resultado de la sociedad a la que pertenecen. Quienes se rasgaron tantas veces las vestiduras cuestionando aparentes apatías y conformismos, hoy asisten en silencio al fracaso de esa política que los jóvenes repudiaron, y lo que es peor, a sus consecuencias.