La Barbarie del estado terrorista como máxima intervención, durante la última dictadura militar en Argentina -1976/1983- sirve para situar los diversos rostros que la exclusión del otro puede tomar. Esta exclusión/aniquilamiento, que involucró la desaparición física de los cuerpos deja, en una sociedad como la platense, el registro de la memoria inscripta en el cuerpo. Memoria y cuerpo es quien habla, quien expresa la geografía de nuestra historia en tanto el cuerpo es el lugar donde se inscribe el significado: en él y por él, en estos grupos, se pone en escena pública "algo" de aquello que fue guardado/silenciado/olvidado. La historia es un relato no sólo construido desde una perspectiva, sino que involucra, además, situar cuáles son las voces que se escuchan y cuáles son sus personajes principales. En este caso, cuando la historia está demasiado llena necesita del olvido. El olvido es, desde lo individual y social, donde la historia muestra más abiertamente el conflicto, las tensiones, los antagonismos, las heridas.