A partir de afirmaciones tales como: “el amarillo es el color del optimismo” y que además “los optimistas tienen un ánimo radiante y el amarillo es su color”; y que “el amarillo irradia, sonríe, es el color principal de la amabilidad” (Psicología del color. p 85); me permito indagar sobre las limitaciones que producen esos encasillamientos, generando a veces posiciones que obturan las posibilidades. Estas designaciones están ligadas a aspectos que van más allá de la materia, de su estructura, su relación con los demás colores y su entorno. Se pretende ir desarmando estas categorías que a veces resultan condicionantes y que se perpetúan, generando así estereotipos que nos conducen a “lugares comunes” que por momentos pueden resultar confusos. Así, partiendo de este aspecto general del color (el amarillo) busco ir ingresando en el campo para ir construyendo una visión que amplíe las posibilidades comprendiendo que un color nunca está aislado de un contexto, siempre está en diálogo con los demás colores (y elementos) y que se vale de un entorno. De esta manera, la excusa del amarillo me llevó a producir digitalmente afiches (con una escala aprox de 100x120) en los que se ponen en tensión estas cuestiones por medio del uso de imágenes sacadas con una cámara personal, que fui obteniendo como insumo de la vía pública (en su gran mayoría), y textos estilo epígrafe que remiten a frases de índole motivacional, con matices propagandísticos y cargadas de optimismo, con el fin de entablar un dialogo proponiendo un interrogante al espectador casual (y heterogéneo) en la vía pública.