Las transformaciones económicas y sociales ocurridas en América Latina a partir de la década pasada dejaron profundos impactos en las estructuras productivas, en el entramado de actores sociales, en las formas de articulación al mercado de las economías regionales y en la producción y organización de las ciudades y de las nuevas formas de ruralidad. La globalización, como proceso emergente del actual régimen de acumulación, privilegió las estructuras por sobre los actores y organizó los territorios de modo selectivo. Paradójicamente, también llevó a resigniicar el ámbito de lo local, considerado ahora más que nunca como un espacio desde donde preservar lo singular, lo diferente. Este es el escenario sobre el que tratan buena parte de los artículos de este número de Geograficando, que constituyen interesantes aportes al análisis de algunos de los fenómenos dominantes de la época: los cambios en el mundo del trabajo, las transformaciones en las cadenas de valor de los complejos tecno-productivos, los factores de competitividad económica, entre otras.