Como artista (ilustrador infantil en mi caso) especializado en la técnica digital, veo a menudo el trabajo de colegas que toman como referencia algún personaje de alguna serie, película o comic (muchas veces del manga) para volver al presentarlos a veces como copia (los aficionados) otras veces con una impronta estilística propia (los profesionales) y en los casos más osados, los intervienen aportándoles nuevos elementos e incluso produciendo un fan-fiction (también llamados fanfic o fic) A estos tipos de producciones artísticas se las denomina “fan art” .
Todo fan art suele referir a una representación iconográfica (Erwin Panofsky, [1955] 1970a:37) de un referente que irrumpió previamente en el campo histórico-social (Cornelius Castoriadis, [1975] 1983a:269-273); y como toda obra no es creación ex nihilo sino que es una derivación de otras creaciones pre-existentes; podemos decir que legalmente solo hay autoría en aquellas obras que han sido registradas por artistas o corporaciones ante instituciones nacidas del magma de significaciones imaginarias sociales (Castoriadis, [1975] 1983b:552) las cuales los legitiman y reconocen como autores y únicos derechohabientes... pero... esas obras son también (de hecho) derivadas.
Dicho esto, utilizando técnicas digitales he desarrollado un fan art para cuestionar los límites relacionados con las obras derivadas y la legalidad que conllevan, haciendo modificaciones estilísticas en lo formal, lo cromático y de circulación respecto de las obras referenciadas. La nueva obra podrá ser reproducida sobre soportes diversos. De este modo el principal contenido del trabajo será conceptual apoyado en lo procedimental.