Intentar el estudio de la nueva poesía argentina, especialmente en sus últimos representantes, es un trabajo que debe comenzar anticipando algunas limitaciones, pues el fenómeno que se trata de estudiar no está del todo realizado ni ofrece, por contemporáneo, los elementos indispensables para un ceñido enjuiciamiento. Y ya aquí las palabras nos imponen la primera limitación: a lo largo de estas páginas se elmplearán a menudo las palabras “nueva” y “joven” para designar la compleja producción poética que en nuestros días está a cargo de hombres jóvenes, “menores de 30 años”, para usar la frase de un concurso que ha buscado darles validez de consagración.