El pájaro Dunga fue escrito después de un viaje del poeta en Tanzania en 1981. Lo inspiró una estatuilla que le regalaron al poeta durante su estancia. El texto nos cuenta la experiencia de un pájaro, semi-hombre, semi-bestia, que en su vuelo por el cielo, contempla la miseria y el abandono del hombre en la tierra, antes de sacrificarse para obsequiarle con el renacimiento y la esperanza. De su muerte ha de surgir un hombre nuevo, tema muy nietscheano que ya había tratado el autor en El blasfemo coronado, en 1942. Nueva versión, por tanto, de un tema recurrente en esta obra, el del poeta-mensajero-visionario, retomado de los mitos antiguos, el de Prometeo o de Empédocles.