Nacido en un contexto de represión y de censura, La Bandera de Chile no sólo es un poemario que simboliza la lucha clandestina de los escritores durante la dictadura, sino que llega a representar la poesía femenina chilena actual, en cuanto discurso lírico que entra en ruptura con el modelo tradicional de la misma. En efecto, Elvira Hernández modifica la imagen codificada del discurso femenino centrado en la expresión de la «interioridad» para dedicarse abiertamente a un tema «público», que se opone pues claramente al universo privado, intimista, considerado tradicionalmente como modelo reservado a dicha escritura. Por otra parte, evoca el símbolo más potente de la Patria y de las conquistas militares focalizándolo desde el margen y la clandestinidad, a través de su mirada de mujer que propone una visión desviadora del emblema.