Como ya se ha afirmado en este libro, el pensamiento filosófico no ha sido un producto exclusivamente masculino en ningún momento de la historia. El siglo XVII no es una excepción ya que encontramos numerosas filósofas en una gran variedad de situaciones (casadas o solteras, madres o no, de clase social más alta o más baja) que en la actualidad están siendo estudiadas con intensidad, luego de un olvido negligente.
En este capítulo me concentraré en la figura y el pensamiento de Anne Finch Conway (1631- 1679), una de las filósofas inglesas destacadas de la modernidad temprana, que ha sido asociada con el grupo de los Platónicos de Cambridge del siglo XVII, aunque ella no haya pasado por dicha universidad más que de visita. Como sostiene Sarah Hutton (2004, p. 10), Anne se convirtió en filósofa “a través del Platonismo de Cambridge”. Ese grupo incluye una serie de filósofos poco conocidos reunidos en dicha universidad con intereses comunes, que incluyen tanto temas teológicos como los avances científicos de la época, y que mostraron afinidad con la filosofía platónica, aunque no de forma exclusiva. Si bien son varios sus integrantes, en lo que sigue nos detendremos brevemente en Henry More (1614-1687) por su conexión con nuestra filósofa.
Para bosquejar la figura de Anne ensayaré, en primer lugar, una breve biografía con especial atención a su formación y discusión filosófica, para luego describir su pensamiento, a partir de su única obra publicada: Principios de la más antigua y más moderna filosofía. Por último, ofreceré algunas consideraciones finales.