El primero de septiembre de 2016, Argentina ratificó bajo la ley 27270 el Acuerdo de París. En él, los países acuerdan mantener la temperatura media global por debajo de 2°C, contribuir al aumento de la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático y promover un desarrollo económico compatible con un estilo de vida reducido en emisiones de gases de efecto invernadero. Para alcanzar los objetivos, se dispone que cada país desarrollado y en desarrollo diseñe e implemente todas las medidas nacionales que crea necesarias y factibles para contribuir al éxito del acuerdo. Estas se conocen como contribuciones determinadas a nivel nacional -NDC por sus siglas en inglés- y presentan medidas de mitigación, adaptación e implementación.
A fines de 2016, luego de haber presentado su instrumento de ratificación del Acuerdo, Argentina publicó su primera NDC revisada; con miras a establecer objetivos más ambiciosos que los determinados anteriormente, en octubre de 2015. La meta principal es no superar la emisión neta de 483 millones de toneladas de CO2eq para el año 2030.