Desde el 2012, el primer mandatario chino Xi Jinping a través de su iniciativa de “Comunidad de Destino Común” (CDC) busca desarrollar medidas que promuevan el crecimiento de países menos desarrollados, profundizando el diálogo multilateral como así también, la creación de organismos multilaterales cuyo líder y principal referente sea el Gigante Asiático.
Este proyecto está circunscripto en el ambicioso proyecto OBOR (One Belt, One Road) que, si bien en un principio hacía referencia a la conectividad entre los continentes asiático, europeo y africano, y sus mares adyacentes, actualmente también se ha extendido a Latinoamérica. Este interés hacia la región fue manifestado públicamente en la Declaración final de la segunda reunión ministerial de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños) en Santiago de Chile, donde funcionarios chinos expresaron que los países de América Latina y el Caribe forman parte de la extensión natural de la Ruta de la Seda Marítima y son participantes indispensables de la cooperación internacional de la Franja y la Ruta.