En la actualidad, el concepto de diplomacia parlamentaria parece haberse incorporado definitivamente al ámbito de las relaciones internacionales y a la política doméstica. Reflejo de ello, es el creciente protagonismo del Parlamento en la política exterior y en las numerosas actividades académicas que se desarrollan en centros de altos estudios relacionados a esta temática. Sin embargo, pese a su creciente auge, son pocos los que hablan del valor que podría significar una diplomacia parlamentaria más activa en la inserción internacional de los Estados.