Conocí a Carlos Mayo cuando ingresó a nuestra Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata para iniciar su carrera en el Profesorado de Historia. Conocerlo significaba inicialmente reconocer sus cualidades como persona, apreciar su simpatía y a la vez su corrección y gusto por las formalidades, sin poder ignorar sus comentarios rápidos e incisivos que movían a la risa de todos. Se destacó ya entonces como alumno y posteriormente demostró cualidades especiales como investigador y como docente, que lo condujeron a desempeñarse, muy joven aún, en cargos de responsabilidad. (Párrafo extraído del texto a modo de resumen)