Este trabajo se inicia explicando que existe una relación directa entre el crecimiento del producto bruto nacional de un país, con el nivel de diversificación de exportaciones y con el grado de apertura comercial de la economía. Siguiendo dicha premisa, la estructura productiva condiciona el crecimiento del PBI de un país y el aprovechamiento de las ventajas comparativas tienen que ser a partir de las ventajas competitivas, pero estas ventajas se tienen que complementar con un control de la cuenta de Capital, y con la planificación política de la inversión pública y privada en áreas de desarrollo estratégico (Rodrik, 2005).