Las antiguas profesiones relacionadas con la información han ido evolucionando lentamente a lo largo de los siglos, y muy rápidamente en los últimos tiempos. La introducción de tecnologías en las actividades cotidianas de los profesionales, unida al auge de la llamada "Sociedad de la Información", han causado un profundo cambio, influyendo tanto en las labores tradicionales como en la aparición de nuevos ámbitos profesionales donde se puede y debe incorporar un nuevo perfil del profesional, cuya tarea no es solo conservar, tratar y difundir información, sino que fundamentalmente es planificar, administrar y controlar recursos informativos con el objetivo último de optimizar funciones, analizar y diseñar sistemas de información, destinados a servir a todo tipo de organizaciones; para ello consideramos imprescindible una formación multidisciplinariaria, que no siempre está contemplada en los planes de estudio de las carreras de Bibliotecología y documentación. La formación profesional, en nuestro país, no responde a un proyecto global, ni a una política unificada para la formación de profesionales, y se encuentra aislada de la realidad nacional o regional, que obliga a los profesionales a continuar su formación fuera del ámbito académico.