En esta última década, los asuntos de género han sido agenda y han tomado relevancia en todos ámbito de las ciencias. Esto permitió hacer foco en emergentes, que si bien no pertenecían a los núcleos investigativos de base, sí podían referenciarse transversalmente en todos los trabajos científicos. Este escrito busca reflexionar sobre situaciones escolares en clases de programación de una escuela técnica de la ciudad de Córdoba que nos permiten repensar propuestas de trabajo docente en las aulas. Desde una perspectiva etnográfica y recuperando la palabra de los y las estudiantes se presenta a continuación experiencias estudiantiles que buscan interpelar el lugar que se construye de las “chicas” en las clases y en los proyectos de programación, en donde se observó una selección explícita e implícita en los contenidos ofrecidos para las mujeres.
Tanto los y las docentes como los propios compañeros distribuían las actividades considerando que a ellas “les cuesta más” o les interesa menos. En este escrito se analizan como se naturalizan algunas propuestas en torno a los estereotipos que relacionan al género y los conocimientos y cómo estas experiencias educativas pueden tener implicancias en posteriores aprendizajes y vínculos con la disciplina.