El subsector privado de AM tiene alrededor del 31% de las camas de internación y produce más del 44% de los egresos. Para la asistencia ambulatoria dispone de una amplia estructura que se inicia en los consultorios individuales de médicos, odontólogos, laboratorios bioquímicos, centros de diagnóstico por imagen y gabinetes técnicos. En las visitas domiciliarias, que tienden a disminuir y en las emergencias y traslados, que aumentan, prevalece lo privado. El subsector estatal sólo atiende a domicilio las emergencias.
La dependencia de los efectores privados está atomizada por su propiedad individual o grupal.
Las empresas de AM en las grandes ciudades tienden a configurar redes con varios establecimientos.
Según su objetivo el subsector privado tiene efectores: a) sin fines de lucro, de fundaciones, sociedades de beneficencia u hospitales comunitarios; b) basados en el trabajo profesional que se centran en los honorarios volcando el producido de aranceles sanatoriales a la reinversión; c) con fines lucrativos que sin perjuicio de honorarios y reinversiones buscan ganancia empresaria.
Pueden clasificarse también, según su complejidad. Los efectores privados de alta complejidad que tienden a incorporar docencia de postgrado y residencias, sin perjuicio de la consulta externa dentro de sus propias paredes tienden a descentralizarse. Las de mediana y baja complejidad dependen más de los consultorios privados que son su puerta de entrada.