Los bibliotecarios no estamos acostumbrados a reflexionar sobre las implicaciones éticas de nuestra tarea, quizás porque buena parte de nuestras prácticas tienen una estabilidad fundada en la antigüedad de la profesión y, en cualquier caso, porque los conflictos no se presentan con la regularidad y el riesgo de otras profesiones. Sin embargo, la revolución tecnológica ubica a los bibliotecarios en discusiones que tienen por centro a la información, nuestro insumo básico. Para establecer un marco a los problemas a tratar, es necesario identificar algunas cuestiones que son fundamentales en la tarea de los bibliotecarios, más allá de la tecnología que utilicen. No se trata de una lista exhaustiva, pero sí de un conjunto de conflictos relacionados entre sí y que el desarrollo tecnológico pone en crisis.