El miércoles 23 de marzo al mediodía me acerqué a la facultad, donde se realizó un encuentro previo a la marcha del 24 de marzo. Un 24 de marzo que no iba a ser una marcha más. Era la primera después de dos años de encierro y de solo encontrarnos a través de una aplicación del celular o de una computadora, donde las diferencias sociales se reflejaban por las complicaciones que había con internet, diferencias que en ese momento no se visualizaban, y que quedan temporalmente de lado en el contexto de esta marcha.