A diario la naturaleza nos muestra, que nada es espontáneo ni individual, que un todo se compone a través del tiempo con la contribución adecuada de las partes. Así, la Ciencia y la Tecnología, debieron pasar indudablemente hasta nuestros días, por etapas sucesivas y esfuerzos mancomunados. La Astronomía, como conjunto de conocimientos, constituye un ejemplo cabal de evolución sistemática. El Cosmos, como conjunto de cosas creadas y ordenadas, sintetiza este concepto e involucra al hombre como ser inteligente del universo que lo rodea. Por lo tanto, el Orden obliga a la composición de las partes y éstas, como principio de todas las cosas, conforme el producto. Similarmente, el Científico, el que se dedica a las Ciencias Físicas, Exactas o Astronómicas, recurre permanentemente a las fuentes de información a fin de obtener datos y partes constitutivas del objeto de su estudio. De esta manera, distribuye, compara y ordena: supone y arriba a una Tesis. El trabajo individual de un estudio, poco o nada reporta. En cambio, si esa acción se una a otra y ésta a una tercera, constituye una fuerza de conjunto y positiva valoración. Por eso la labor de Profesionales y Aficionados debe asociarse en procura de un solo objetivo: la Astronomía.