Hace más de una centuria irrumpe el hormigón como genial creación constructiva y su utilización alcanza tan extraordinario desarrollo que denomina y caracteriza a la ingeniería y la arquitectura de este siglo. Si bien existen muchos y destacados antecedentes de construcciones, aun de la remota antigüedad, con el empleo de aglomerantes, cales hidráulicas y cementos naturales, sólo con el advenimiento del cemento portland puede el hombre reproducir artificialmente la perennidad de la piedra. Las notables cualidades del cemento portland, acrecentadas por el continuo perfeccionamiento técnico científico, ensanchan ininterrumpidamente el ámbito de sus aplicaciones, integrando con su valiosa participación el progreso tecnológico que impulsa la acelerada evolución del mundo moderno. El cemento portland no es el producto final sino el elemento básico del hormigón, resultante de la acción conglomerante del cemento portland con agregados naturales o artificiales.