Hasta el advenimiento del uso de la ultrasonografía en medicina veterinaria, el diagnóstico de patologías del tracto reproductivo femenino en la especie ovina quedaba restringido a maniobras clínicas de limitación diagnóstica y a hallazgos de necropsias. La ultrasonografía a tiempo real modo B permite la observación de imágenes cuya interpretación permitirá el diagnóstico y el estudio de diversas entidades patológicas permitiendo establecer, en caso de ser posible, una estrategia terapéutica y de manejo reproductivo. Además, la posibilidad de visualizar y cuantificar los latidos cardíacos permite determinar la vitalidad del embrión o del feto y realizar estudios sobre la mortalidad embrionaria y fetal. También ha sido utilizada para el estudio incruento sobre la toxicidad de sustancias teratogénicas en fetos.