El 12 de agosto del corriente año, con la V Cumbre de los países ribereños del Caspio, se firmó el acuerdo
internacional mediante el cual Azerbaiyán, Irán, Kazajstán, Rusia y Turkmenistán decidieron que el estatus legal
del (ahora) Mar Caspio. Durante décadas la indefinición respecto del marco normativo y su correlativo reparto
territorial – esto es, si el Caspio era efectivamente un mar o un lago interno – frenó diversos proyectos de
infraestructura energética.