El cranium encontrado en una de las sepulturas de Humahuaca—perteneciente al Museo Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, en cuyas colecciones está catalogado con el número 27740 — presenta tan interesantes anomalías, ocasionadas por doble luxación traumática, que me ha parecido conveniente darlo a conocer no sólo por lo que esas anomalías tienen de extraordinario desde el punto devista anátomo-fisiológico sino, también, como prueba del aguante al dolor que en vida tuvo ese indígena, coeficiente de insensibilidad de los primitivos que he tratado de explicar no ha mucho (Vignati, 8, 268, y siguientes). Las ruinas prehispánicas de Humahuaca se encuentran ubicadas en la quebrada del mismo nombre, provincia de Jujuy, próximas a la estación homónima del F. C. C. N. A. sobre la margen derecha del río Grande que, descendiendo de la puna, se abre paso en dirección a la llanura jujeña. Es uno de esos numerosos lugares cuajados de pircas, más o menos destruídas, que denuncian la ubicación de un poblado aborigen.