La bioiconografía de Casimiro ha sido súbitamente complementada con elementos gráficos y testimoniales de inestimable valor. En realidad—conviene desde ya advertirlo— lo que considero nuevo aporte fotográfico es tal por la ficción que entraña toda exhumación de un material édito y, a su pesar, desconocido. Posiblemente, la mayor singularidad de este hallazgo es que este retrato de Casimiro no se encuentra en una de esas publicaciones de escasa circulación o de rareza extraordinaria; sino por el contrario, forma parte de una importante revista que, en su época, fue en Europa, el más alto exponente de los estudios americanistas. Esta anomalía tiene, tal vez,explicación en la circunstancia que el nombre de Casimiro no se encuentraal pie de la lámina, sino en el texto de una extensa nota infrapaginal correspondiente al título mismo del artículo; de modo que la coincidencia negativa de la tipografía en cuerpo menor y la enumeración en primer término de otros apellidos prestigiosos y conocidos, han determinado —según me lo dicta mi propia experiencia— que el nombre del cacique patagón pase, generalmente, inadvertido. No lo fue, sin embargo, para mi bondadoso correspondiente don Tomás Harrington a quien debo la indicación de su existencia y al que quedo, por este y otros muchos motivos, íntimamente agradecido. El 1875, Th. Bermondy publicaba un corto artículo, basado en referencias de viajeros, respecto a los indios patagones, fueguinos y araucanos, ilustrado con la lámina que nos interesa; la leyenda, impresa a su pie, sólo reza: "Types Tehuelches (Patagonie)"