Sin duda alguna en patología infantil, las afecciones radicadas en la faringe son de una importancia extraordinaria, no sólo por su frecuencia, de cotidiana observación, o por su propia trascendencia patológica, sino también por la repercución que tienen sobre órganos vecinos y alejados y por los trastornos funcionales inmediatos y mediatos que ocasionan. Y dentro de la faringe del niño es superfluo decir que son las amígdalas y vegetaciones adnoideas los órganos cumbres de su patología lo cual ha hecho que la Medicina llevara sobre ellos su acción por medio de la amigdalectomía y adenoidectomía, convertidas hoy en la intervención quirúrgica más frecuente de la especie humana, como lo señalan las estadísticas de todos los países.