Convocado el Congreso Constituyente, las provincias comenzaron a elegir sus representantes. El trámite eleccionario en Tucumán fué largo. En junio 5 de 1812 el Cabildo de aquella ciudad daba las gracias al Gobierno de Buenos Aires por haber ajustado sus principios a la igualdad proclamada y haber autorizado la designación de un individuo de la ciudad electora como representante, y poco después, en 21 de junio se elegía diputado a don Manuel Felipe Molina. Esta designación fué impugnada por algunos cabildantes, quienes señalaban en Molina una inhabilidad para desempeñar esa representación, por haberse complicado en los sucesos del 5 al 6 de abril, y en 10 de noviembre se realizaba una nueva elección en la persona de D. Pedro Miguel Aráoz.