Este libro permite pensar desde el teatro un problema que interesa a todas las prácticas artísticas de cualquier época y región: el de los procesos creativos. Por ser un arte más inevitablemente colectivo que otros, Battezzati encuentra en el teatro un campo ideal para mostrar los modos en que actores y actrices aprenden y llevan a cabo sus procesos compositivos, desacralizando así las ideas románticas que tenemos sobre la creación en el arte. Pero este libro es también un documento histórico y etnográfico sobre una forma de hacer teatro en una época y un lugar muy específicos: la Buenos Aires de principios de siglo. La relación entre maestro y alumnos, que por momentos parece de devoción pero también implica traiciones, es el eje a través del cual este libro nos lleva en un recorrido por los modos en que los estudiantes desarrollan una cierta sensibilidad al peregrinar entre estudios, deviniendo los actores y actrices que mantienen y renuevan las tradiciones actorales del teatro argentino.
(de la contratapa de Leandro de Martinelli)