Como disciplina independiente, la pedagogía supone estrechas vinculaciones con la ética, la lógica, la sociología y la psicología; pues que la determinación del área propia de cada actividad entraña siempre, antes que un aislamiento, una interdependencia con las otras ciencias que integran el cosmos de lo espiritual. Conviene fijar esos nexos. Conviene, no sólo porque con ello se acabará de establecer su propia y autónoma ubicación en el cuadro de las ciencias, sino porque, como es bien sabido, ensayos de envergadura, que gozan todavía de mucho predicamento, han intentado someterla a la dependencia de otras disciplinas extrañas. Tal acontece en la pedagogía de Herbart, según lo veremos más adelante.