La palabra metafísica tiene un origen casual. Los relatos complementarios de Estrabón y Plutarco ilustran acerca de las vicisitudes sufridas por los manuscritos de Aristóteles, desde la muerte de Teofrasto hasta la edición de Andrónico de Rodas. En el siglo I a. de C., los escritos que llevaban por título πρώτη φιλοσοφία se ordenaron después de los trabajos sobre física con la designación común de τά μετά τά φυσιχά. La expresión latina Metaphysica aparece mucho más tarde, ya en plena Edad Media, y se difunde a partir de Averroes.