Vale decir que aunque los objetivos busquen tener impacto global, el accionar de Al Shabab sólo puede darse dentro del territorio africano gracias a la porosidad de las fronteras estatales, a los inexistentes controles en los flujos de movimiento dentro de los Estados y al gran número de armas ilegales en circulación. Constituyéndose de esa forma en una organización que se inserta dentro de la aun influyente Al Qaeda, que les permite actuar bajo su paraguas. Al Shabab se trata de una organización transfronteriza, que cuenta con alrededor de 3 mil hombres y que tiene como objetivos desestabilizar al gobierno somalí, atacar a los países vecinos que intervienen en el conflicto (Kenia aparece como el más cercano y relevante) e implantar la ley islámica en los territorios que logra dominar. No actúa en conjunto con otras organizaciones africanas como BokoHaram o Al Qaeda en el Magreb Islámico, pero sí mantiene conexiones con ellas e incluso ha compartido entrenamientos. Se financia con extorsiones, piratería, comercio ilegal y fondos provenientes de Al Qaeda y algunas organizaciones islámicas.