Desde hace más de una década, las Maras – entendidas como violentas pandillas urbanas de carácter transnacional – amenazan el orden social en Centroamérica incrementando incansablemente los niveles de violencia y criminalidad que reinan en las sociedades de las que surgieron. Sin embargo, en marzo de 2012 las dos Maras dominantes, la Mara Salvatrucha o MS13 y la Barrio 18 o M 18, pactaron una tregua que implicó el cese de hostilidades entre los mareros apuntando específicamente a detener los homicidios y los secuestros, así como también a reducir las extorsiones. Dicha tregua fue el primer acuerdo pacífico entre Maras que contó, por un lado, con el apoyo del gobierno del Presidente Funes e incorporó, por el otro, a la Organización de Estados Americanos como garante del proceso. En ese contexto la tregua logró ampliar sus fronteras, a casi un año de implementada, con la creación de “Zonas de Paz” basadas específicamente en pactos locales.