“Cada uno debe decir lo que fue o lo que quiso ser, dar su impresión del mundo, del hombre y de todos los seres, animales y vegetales; lo que pensó ante el universo y ante sí mismo”.
Con estas palabras inició Marasso una confesión autobiográfica y ajustándose a esta manera de pensar, fue desgranando en sus obras los más importantes episodios de su vida.
Nació en Chilecito, el más deleitoso valle de la provincia, el 18 de agosto de 1890; las colinas próximas, eucarísticamente dispuestas, le brindaron el refugio y el aislamiento anhelados siempre y en el cóncavo escenario, hecho de piedra y montaña, transcurrió su niñez.