El tema, al parecer baladí, cobra empero una suerte de interés folklórico e histórico para los aficionados a los estudios americanos, porque se roza con aquellas cosas maravillosas de Indias que iban admirando los ojos asombrados de los conquistadores, y con las voces nunca oídas de las lenguas bárbaras, que fueron llevando de un punto a otro e incorporándolas al idioma de Castilla, en su heroico marchar a través de las ásperas cuestas de las montañas, las selvas y los desiertos de Tierra Firme.