No es menester emplear ceremoniosas palabras para manifestaros mi gratitud por la designación de miembro activo de esta Junta. En cierta manera, considerábame yo mismo, de algunos años atrás, como participante en vuestras finalidades, bien fuera en la exégesis de problemas históricos de nuestro glorioso pasado, o en la afinidad de los estudios, como por coincidir la sede de esta corporación con la misma casa de Mitre, extraordinaria mansión del espíritu, donde urgamos el maravilloso archivo coleccionado por aquel grande diplomatista, para enseñanza y lustre de las generaciones argentinas. Me incorporo, pues, con grande satisfacción, íntimamente reconocido a este honor superior a mis merecimientos.