En Argentina nos enfrentamos desde 1983 al desafío de poder comprender los sucesos que marcaron una de las épocas más sangrientas de nuestra historia nacional. A partir de la vuelta a la democracia tras siete años de dictadura militar, se abrió la posibilidad de comenzar a elaborar sentidos, significar lo que había sucedido, construir memoria, verdad y justicia. Este proceso se vio atravesado por diferentes y antagónicos discursos. Es en esta búsqueda donde se ha luchado por establecer símbolos y signos concretos de reparación, de justicia, como son los Juicios por crímenes de Lesa Humanidad y los Sitios de Memoria del Terrorismo de Estado. Es por ello que la multiplicidad de sentidos que construyen nuestra identidad como pueblo fue mutando y recuperando eslabones perdidos. El juzgamiento de los culpables de la dictadura cívico militar, la revalorización de los espacios de la Memoria (por ejemplo la Escuela Superior Mecánica de la Armada, o el Espacio Memoria y Derechos Humanos), la orden presidencial de bajar los cuadros de Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone de la galería del Colegio Militar, la institucionalización de un día Nacional de la Memoria, la sistematización de información a través de organismos como el Archivo Nacional de la Memoria, el Registro Unificado de Víctimas del terrorismo de Estado, entre otras acciones/sucesos, han impulsado procesos de reparación, reivindicación y construcción de memoria colectiva que bregan para que Nunca Más hechos como estos lesionen a la sociedad. Como parte de esos procesos, la memoria ha resignificado diversos aspectos necesarios para la justicia, el castigo a los culpables, el reconocimiento de lugares clandestinos y la reconversión de esos espacios. Esas me-morias también bregan por recuperar la historia individual de cada desaparecido, como una manera de “volverlo a aparecer”, restablecer su presencia social e histórica, devolverle entidad e identidad. En este trabajo se investigará la vida de dos desaparecidos y asesinados: Nancy Cereijo y Andrés Oscar Lofvall, con la intención de aportar a la construcción de la memoria colectiva y restablecer la presencia. Entendemos que restablecer la presencia individual y reconstruir su historia individual, familiar, social y militante permite trabajar en pos del restablecimiento de su identidad, que buscó desaparecer el plan sistemático de exterminio que intentó robarles entidad.