Eurípides inspiró su teatro en fuentes épicas y leyendas locales. El mito de Medea es de origen ático. Tradición muy compleja, el poeta la unificó bajo la máscara trágica. De entre las múltiples gestas de la Hechicera de Colcos, pudo sorprender la hora más perversa. Soledad de exilio, mítica rebelión, báquicas convulsiones, crímenes inconcebibles, destino sangriento, todo lo compendió el poeta en el gesto de una mano infanticida.
Así creó a Medea, arquetipo de los protagonistas trágicos, a la inmortal Medea, que en sus muchas reproducciones, junto a Fedra, Hécuba y las otras heroínas Euripídeas, sigue ocupando la escena de nuestro teatro.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)