Es ya corriente en los laboratorios de psicología estudiar algunos fenómenos psíquicos mediante el conocimiento de sus concomitantes fisiológicos.
El pulso de una arteria determinada, estudiado aisladamente, después de suministrar los elementos para conocer la pulsación en sí, como fenómeno fisiológico, es de poco interés en psicología. Se utiliza, en cambio, con ventaja, el registro del pulso total de un miembro o de un órgano cuyo ritmo, amplitud, duración y volumen varían en virtud de fenómenos provocados.
Son conocidos los aparatos y los dispositivos a emplear en tales casos. El hidro-esfigmógrafo de Mosso, el guante volumétrico de Patrizzi, los pletismógrafos de Halliot y Comte, y el pletismógrafo de Lehmann.
Frente a la técnica y los aparatos conocidos hemos encontrado dificultades y deficiencias para la rigurosa investigación experimental; las investigaciones realizadas podían ser falaces si los pletismógrafos empleados eran malos y engañaban al experimentador. La primera condición de éste es la de ser sincero; pero muchas veces se es insincero sin querer y en estas condiciones podían hallarse los que hacen pletismografía con medios imperfectos.
Deseando ser exacto en los resultados obtenidos y contribuir al estudio de estos problemas, he procurado salvar los inconvenientes que presenta el aparato de Lehmann. De ellos voy a ocuparme en seguida.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)