Nació la madre sor Juana Inés de la Cruz el 12 de noviembre de 1651, en San Miguel de Nepantla, lugar que a doce leguas de la ciudad de Méjico se asienta sobre la falda de dos grandes volcanes que levantan basta las nubes la anciana majestad de sus blancas cumbres. Todos sus biógrafos alaban el claro entendimiento y el afán de sabiduría que desde los primeros años de su vida puso en evidencia. Como sucede siempre cuando se trata de un gran ingenio, todas estas biografías, desde la del padre Calleja hasta la de Amado Nervo, recogen pormenores infantiles, con más fragancia de leyenda que sabor de historia, para demostrar el asomo de la genialidad casi con la insinuación de los primeros dientes. La verdad es que desde muy joven manifestó su deseo de ir a Méjico, pues había oído decir que en su Universidad se enseñaban "muchas ciencias".