La República Argentina es un país cuyo suelo encierra, sin duda alguna, una inmensa riqueza de calcáreos. La posición económica de muchos de sus yacimientos es buena; cuando no son ríos navegables o el mar los que bordean estas minas de explotación a cielo abierto, son vías férreas importantes que comunican entre sí ciudades de gran desarrollo, o caminos de frecuente tránsito, destinados, en porvenir no lejano, a ser substituídos por ese medio de comunicación.