La actual patología respiratoria denominada enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) causada por el virus SARS-CoV-2 fue notificada por primera vez en la ciudad de Wuhan, provincia China de Hubein, en diciembre de 2019.
El mundo no se ha enfrentado nunca a un problema de estas dimensiones, una enfermedad global que avanzó muy rápidamente, por su gran capacidad de transmisión y la forma vertiginosa con la que se moviliza el hombre por todo el planeta, generando consecuencias impredecibles.
Ante esta situación única, diferente y desafiante, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 11 de marzo de 2020, se vio obligada a elevar la categoría de epidemia a “Pandemia de COVID-19” y pidió a los países que “tomen acciones de manera urgente y agresiva”.
La crisis en la que nos encontramos inmersos requirió de distintas instituciones de salud en todo el mundo una respuesta rápida, estableciendo numerosos cambios para brindar una atención médica segura.
Se conformó el Grupo de trabajo “Comité de Crisis COVID-19”, cuya finalidad es evaluar guías y/o protocolos de distintas organizaciones de primer nivel mundial, que traducen la experiencia adquirida en los respectivos países, y generar recomendaciones para nuestros cirujanos, que les permitan tomar las medidas necesarias para afrontar esta difícil situación. Comenzó su actividad el 16 de marzo.