Vivir en la región no resulta fácil, sobre todo para quienes, por tener menos recursos, más caro pagan el precio de una configuración desigual del territorio.
Cuando se habla de las posibilidades de acceso al hábitat, los abordajes cuantitativos prevalecen en las investigaciones, los discursos y las propuestas urbanas. La cantidad de viviendas faltantes, nuevas o a mejorar, y los porcentajes de cobertura (o carencia) de servicios no alcanzan para dar cuenta de las reales condiciones del habitar cotidiano de miles de vecinxs. Muestran una foto, una escena puntual, muchas veces recortada, de una película que no se termina de comprender.
En estos párrafos intentaremos recorrer diferentes situaciones y momentos en los que se fue gestando la actual realidad de un territorio regional y urbano desigual, consecuencia de procesos sociales conflictivos, disputas por el uso y la ocupación del suelo, relaciones injustas o abusivas de poder en el marco de una mercantilización de terrenos, viviendas, infraestructuras y equipamientos, desregulada y sostenida en el tiempo.
El propósito del capítulo será acercarnos a esta problemática compleja que alcanza diferentes escalas territoriales y responsabilidades de gestión estatal, que involucra aristas culturales, ideológicas, técnicas y legales, así como múltiples actores sociales vinculados por alianzas o intereses contrapuestos, para posicionarnos como ciudadanxs y miembrxs de la universidad pública y desde allí esbozar aportes que ayuden a repensar y rescatar la ciudad para la vida.