La vinculación con Asia Pacífico es una tendencia de largo aliento de la política exterior de Chile. Se trata de una proyección especialmente relevante en la actualidad, considerando el papel que está cum-pliendo ese espacio en la geopolítica global, transformándose en el epicentro de la competencia estratégica entre China y Estados Unidos. Ya en los albores de la República, a comienzos del siglo XIX, Chile tejió una precoz proyección al océano Pacífico. Diego Portales inauguró el interés del Estado en el mar contiguo, aun-que las motivaciones comerciales de particulares motivaron el establecimiento de consulados y oficinas de comercio en Auckland, Melbourne, Sidney, Cantón, Hong Kong, Manila, Papeete, Honolulu, Bombay, Calcuta y Brunei, entre otros.