Bob Dylan y Kurt Cobain han sido los referentes más importantes de la Generación Hippie y la Generación X respectivamente, teniendo en común esta visión existencialista del mundo. Encontraron en la música la forma de hacer llegar su mensaje y en muy poco tiempo –y muy a pesar de ellos- se convirtieron en líderes espirituales de sus respectivas generaciones. Sus ideas eran adoptadas y despertaban tal fervor que se los llegó a identificar como portavoces de los sin voz. Este fanatismo hizo sonar la alarma de quienes vieron en ellos una amenaza al orden social. Se atacó en un principio con las herramientas propias del capitalismo: la tentación del dinero. Se los reprodujo en serie y se los comercializó como mercancías. Pero paradójicamente ambos autores se destacaban por su oposición a esta sociedad de consumo, los estereotipos de la industria cultural y el despojo de los factores de peligrosidad del arte en favor del status quo reinante. Por lo cual el mecanismo tuvo que ser revisado y readaptado.
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