Las maloclusiones son consideradas problemas de salud pública. Considerando al hombre como un ser biopsicosocial, uno de los objetivos de la odontología preventiva consiste en ayudar al paciente a mejorar los hábitos que contribuyen al mantenimiento de la salud bucal. Por eso es necesario enseñarle a reconocer la existencia de estados indeseables en su boca, a comprender como se producen y a controlarlos.
La salud bucal es el estado psicosocial y biológico de un individuo que le permite la mayor permanencia posible de los dientes y funcionamiento eficaz de las estructuras de soporte y de los tejidos circundantes. Según la OMS la enfermedad no es solo un estado no saludable, sino la ausencia de completo bienestar físico, psíquico y social. Por lo que se podrían considerar a las maloclusiones como una enfermedad. Las cuales pueden desarrollarse como factores de riesgo de gingivitis, enfermedad periodontal, caries dentales y disfunción de la articulación temporomandibular. Además de alteración estética y funcional.
Es nuestro deber aplicar todas las medidas preventivas adecuadas en cada momento. Para ello, debemos evaluar la oclusión de forma adecuada y hacer predicciones acertadas acerca de su futuro. Conocer las características de normalidad de la oclusión en dentición temprana y los mecanismos que irán transformándola en una oclusión permanente adecuada.
En nuestras manos está reconocer los tipos de maloclusiones y sobre todo a aquellos pacientes que las poseen, para poder interferir y aprender las acciones adecuadas en el momento oportuno.