Las autoras analizan en este capítulo la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP) como proceso de integración que recoge el legado histórico de los integracionistas latinoamericanos y que, anunciado como proyecto contrahegemónico, se pone en marcha en 2004 sobre la base de cuatro grandes ejes -energético, social, económico y financiero- y de principios como la cooperación y la solidaridad hacia países menos desarrollados -entre otros-. Se parte de la ‘cohesión social’ -atributo de sociedades que comparten valores igualitarios y desarrollan estrategias, políticas e instituciones para reducir las desigualdades sociales- para analizar dimensiones como la educación y la participación social encarnada en organizaciones de la economía solidaria -especialmente las cooperativas-. Relevan documentos de Cumbres presidenciales, voces de autores y políticas en dos países, Bolivia y Nicaragua, seleccionados por ser los que registran índices de desarrollo humano y de desigualdad, que reflejan una situación desventajosa frente a los otros miembros del espacio regional. Sin la pretensión de extraer conclusiones definitivas, presentan argumentos que intentan mostrar potencialidades y dificultades, certezas e incertidumbres de un proceso en plena construcción.